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Después de la conquista del Reino de Nápoles, Carlos había también transferito aquí la sede del Gran Magisterio del Orden Constantiniano, dejando al hermano Felipe el Ducado de Parma y Plascencia (1748). Como ya habíamos dicho, teniendo sucesivamente que subir al Trono de España en el 1759 (y siendo entonces obligado a abandonar el de Nápoles y Sicilia por razones políticas y dinásticas de las cuáles ofrecemos una explicación en el

tema dedicado a Carlos de Borbón con un acto soberano del 6 de octubre 1759 él cede a su tercer hijo Ferdinando todos los bienes alodiales italianos, y quiere, con un acto expresamente separado, ceder también el Gran Magisterio Constantiniano, en quanto Orden Familiar legado a los sucesores y herederos del fideicomiso farnesiano.

La Santa Sede reconce explícitamente y claramente en los Borbón de Nápoles la posesión del Gran Magisterio Constantiniano con el Monitorium del 19 diciembre de 1763 de Clemente XIII, en donde el Pontífice ordenaba a los obispos y en general a todos aquellos que se ocupan de curar almas, de no turbar a los Caballeros de San Jorge en la posesión pacífica de sus privilegios y recordaba las Bulas de su predecesor insistiendo en el caso de que surgiera un conflicto entre el Magisterio y la Autoridad eclesiástica «ésto podría solo ser tratado delante de la Cámara Apostólica». Este Monitorio general fué promulgado por instancia del Caballero de la Gran Cruz Petraccone Caracciolo, Duque de Martina, a nombre también de los demás Caballeros de la Gran Cruz, y con esto se establecían penas y censuras a los perturbadores de los privilegios acordados al citado Orden en vigor de las Bulas Sinceræ Fidei y Militantis Ecclesiæ respectivamente de Inocencio XII y Clemente XI.

Es digno de hacer notar que, siempre bajo el Gran Magisterio de Ferdinando IV, con la Breve di Pío VI Rerum humanarum conditio, del 24 marzo 1777, es ratificada la adhesión a el Orden Constantiniano de los bienes que pertenecieron al Orden monástico extinguido de S. Antonio Vienés, presentes sobre todo el territorio del Reino de Nápoles.

Existen numerosas fuentes del derecho positivo que demuestran “la índole familiar” de la altísima dignidad del gran magisterio, entre las cuáles es digno de hacer notar el que es un “Comunicado” del Rey Ferdinando IV fechado el 8 marzo del 1796, que por su importancia es necesario reevocar: «(…) el que el Rey haya ponderadamente tomado en la debida consideración que sobre la Sacra Real Persona están presentes dos cualidades diferentes, una como monarca de las Dos Sicilias y la otra de Gran Maestro del Orden Constantiniano, las cuáles no obstante gloriosamente se unen en sí mismas, formando ni más ni menos que dos Señoríos independientes, y por ley y por prerrogativas y por privilegios y sobretodo por la jurisdicción (…) tanto que los predecesores Gran Maestros de tal Orden han formado un Código de Constituciones denominado Estatutos, en los cuáles se asoma la voluntad precisa de establecer una Jurisdicción Privativa y para la misma Orden y para los Caballeros e individuos, eligendo a tal efecto un Consejo Supremo Magisterial para el conocimiento de todo los derechos, prerrogativas y causas que le pertenecen».

El Orden Constantiniano bajo el Gran Magisterio de S.M. Francisco I conoce un período de abundancia y de tranquilidad con el cuál se fortifican la misma unión en la persona del Soberano de las Dos Sicilias con el encargo supremo de la Institución Ecuestre más antigua.

Con la llegada al Trono de Ferdinando II el Gran Magistero de la Orden fué reconfirmado de hecho al titular de la Soberanía del Reino de las Dos Sicilias por medio de la Breve Maxima et præclarissima de Papa Pío IX del 17 julio del 1851.

Los eventos sucesivos a la unificación de Italia, marcaron el destino de la Familia Borbón de las Dos Sicilias, hoy en día aún solidamente consolidada en el sentimento más profundo de los pueblos meridionales y así misma indisolublimente ligada.

Francisco II, último soberano de las Dos Sicilias, después del final del Reino, continuó a ocupar el Gran Magisterio del Orden Constantiniano hasta su muerte acaecida el 27 de diciembre del 1894. Durante el período de su magistero él había aceptado la Breve Quæ in rei sacræ, del 17 septiembre del 1863, con la cuál el Beato Pontifice Pío IX, a causa de las revueltas políticas del 1860 en Italia, establecía que la Iglesia Constantiniana de San Antonio Abad en Nápoles y todos los bienes Constantinianos existentes hasta el momento, estuvieran bajo la dependencia temporánea del Arzobispo de Nápoles, hasta que la Santa Sede no hubiese decidido diversamente. En tanto Francisco II había proseguido con la concesión de las honorificencias de la antigua institución caballeresca a aquellos que de la forma más pura y leal su hubieran permanecido fieles a su persona, así como a eminentes e ilustres personajes de la Corte Pontificia y de las demás cortes europeas conocidas durante su permanencia en Roma, cuando fué huésped del Papa.

Después del 1860 es de hecho el Magisterio Constantiniano el único ejercicio que permaneció como concreto y real de un poder independiente libre de cualquier soberanía territorial y reconocido internacionalmente.

El Gran Magisterio del Orden Constantiniano, reconocido por derecho hereditario del Jefe de la Casa Real de Borbón de las Dos Sicilias, ha sabido así conciliar la esencia de la propria institución con el pasar del tiempo, adaptándose a las exigencias modernas y desarrollando de forma exponencial una actividad eminentemente social de asistencia a los que más lo necesitan y de beneficiencia, sin descuidar el aspecto del cuidado espiritual de los Caballeros y de las Damas. Digna de particular mención es la activitad asistencial desarrollada durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial en favor de los heridos con los Miembros del Orden empeñados dentro de los hospitales de las ciudades más grandes: basta citar para todos El Hospital Militar de Nápoles, o bien las actividades de auxilio por Obra de la Cruz Roja.

A el último Soberano de las Dos Sicilias, que murió sin descendientes directos, sucede el hermano Alfonso, Conde de Caserta. Bajo el Gran Magisterio de S.A.R. el Conde de Caserta, el Orden Constantiniano conoce un período de gran consideración por vía de los intensos lazos que la Institución caballeresca tenía con la Santa Sede. Papa San Pío X con la Breve del 7 marzo del 1910 nombró a el Cardenal Domingo Ferrata Protector del Orden y con el Placet del 22 marzo 1911 aprobó la erección de la Abadía de Santa María a Capela, conocida como Crochele en Nápoles, la cuál es sede del Orden. Con fecha del 7 abril 1911 y con fecha del 2 abril 1913 agrega el Placet a los decretos magisteriales que concedía insignias especiales a los Caballeros Eclesiásticos Capellanes de la Orden y otros privilegios y mas aún el 3 de diciembre 1913 nombró a el Cardenal Francisco de Paola Casseta nuevo Protector del Orden.

Siempre bajo el Gran Magisterio de S.A.R. el Conde de Caserta, el Orden Constantiniano tiene un rol de gran reelevancia en la Comisión pontificia encargada de las celebraciones con motivo del XVI centenario de la promulgación del Edicto de Milán por obra del Emperador Constantino, en la cuál venía aprobada el final de las persecuciones de los Cristianos y la libertad de culto sobre todos los territorios del Imperio.

Por deseo del Papa San Pío X, se da la ocasión para la edificación de la Iglesia de la Santa Cruz a Ponte Milvio (posteriormente elevada al rango de Basílica menor por Papa Paolo VI en el 1965). Fué el mismo Pontífice a sostener los gastos de construción y el lugar fué elegido en dónde, según la tradición, el emperador Constantino hace sonar las trompetas para anunciar a la Ciudad el final de las hostilidades contra los Cristianos. En la Basílica se encuentra una Capilla dedicada a San Jorge Mártir, protector del Orden
Constantiniano, realizada gracias a la generosidad del Caballero Eclesiástico Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII.

En el ámbito de este aniversario secular, el Gran Maestro S.A.R. el Conde de Caserta dicta disposiciones para que fuese realizada una reconstrucción, lo más fiel posible a las indicaciones históricas, del Lábaro constantiniano. El estandarte, confeccionado en seda roja moiré con bordado en canutillo de oro y piedras duras y sostenido por un asta de bronce dorado coronada con el Monograma de Cristo “XP”, ha sido bendecido el 29 diciembre del 1913, en el Palacio Apostólico del Vaticano, por el Papa San Pío X en presencia de S.A.R. el Príncipe Ferdinando Pío, Duque de Calabria e hijo del Gran Maestro, y de una influyente presencia de Dignitarios y Caballeros del Orden. Actualmente el Lábaro constantiniano esta conservado en la Sede de la Gran Cancellería a Roma.

S.A.R. el Gran Maestro, Conde de Caserta, obtiene sucesivamente de Benedicto XV el Breve Ad futuram rei memoriam del 13 dicembre del 1916, con el cuál el Papa, refiriéndose a una Breve del 17 septiembre del 1863 de su predecesor el Beato Pío IX, dispone la restitución al Orden Constantiniano de la Iglesia de San Antonio Abab en Nápoles y reconoce en el entonces Gran Prior y en sus sucesores a el Abad titular de dicha Iglesia con jurisdicción sobre el Clero Constantiniano para los asuntos que conciernen a la Orden. El de 9 luglio del 1919 S.A.R. el Conde de Caserta acoge el decreto del Pontífice
con el cuál venía concedido el Privilegium Officiorum para uso del clero del Sacro Orden Militar Constantiniano, aprobando también las variaciones aportadas a los Estatutos del Orden. Finalmente, con la Breve del 9 de junio del 1919, es nombrado por el Pontífice el último Protector del Orden en la persona del Cardenal Victorio Amedeo Ranuzzi de’ Bianchi.

A la muerte del Conde de Caserta, le sucede en la titularidad de Jefe de la Casa Real de Borbón de las Dos Sicilias el hijo primogénito S.A.R. el Príncipe Ferdinando Pío, Duque de Calabria que ocupó el Gran Magisterio Constantiniano hasta su muerte acaecida a Lindau en Baviera el 7 de enero del 1960. Cabe mencionar, que este período, fué la carta del 24 mayo 1943 con la cuál el Pontífice Pío XII agradeció a S.A.R. el Duque de Calabria y a todos los miembros del Orden Constantiniano por la aportación enviada para
la construcción de la Iglesia de San Eugenio en Roma, e imparte a el Gran Maestro y todos los Caballeros la Bendición Apostólica.

Comenta la autoridad de Héctor Gallo: «Del exámen goblal y comparativo de los documentos pontificios citados, la doctrina ha podido extrarer algunas consideraciones relevantes: sobretodo el constante reconocimiento además que de gratitud de la Santa Sede hacia el Orden Constantiniano; además, la atribución a su Gran Maestro, interpelado repetidas veces en los documentos papales “perpetuus administrator Militiæ Auratæ Constantinianæ” de los poderes de nómina de los Caballeros, de guía del Orden y de intérprete de los antiguos Estatutos Farnesianos»[1].

Después de la Segunda Guerra Mundial, con la llegada de la Institución republicana en Italia, la realidad del Orden Constantiniano de San Jorge y de su Magisterio encuentra su identificaión en el renovado Estado peninsular ya que es considerado como un orden caballeresco no estatal, mas bien dinástico-familiar, ajeno totalmente a el orden italiano como origen y evolución histórica. S.A.R. el Gran Maestro Ferdinando Pío se complace en condecender en que las honorificiencias por él otorgadas sobre el territorio italiano fueran reconocidas plenamente por la Legge n. 178 del 1951.

A S.A.R. el Príncipe Ferdinando Pío, Duque de Calabria, sucede come Jefe de la Casa Real y Gran Maestro el hermano S.A.R. el Príncipe Rainieri de Borbón de las Dos Sicilias, Duque de Castro que con fecha 17 de junio del 1965 reforma y promulga los nuevos Estatutos del Orden; en la misma fecha hace redactar y promulgar con un Decreto Magisterial las Normas heráldicas y un Reglamento para el acceso a el Orden.

A S.A.R. el Príncipe Ranieri, sucede el hijo S.A.R. el Príncipe Ferdinando, Duque de Castro, que asume el Gran Magisterio constantiniano el 13 enero del 1973 a la muerte del padre, hasta su deceso acaecido en Domaine de la Combe el 20 marzo del 2008. Durante los trenta y cinco años de guía de los Caballeros y Damas Constantinianios, el Orden asume realmente una dimensión cosmopolita estructurándose en Delegaciones y Representaciones esparcidas en Italia y en el resto del mundo. El Consejo de Estado de la República italiana, el 26 noviembre 1981 con un Juicio articulado sentencia: “Aún después de la devolución a las propiedades del estado de sus bienes materiales, el Orden Constantiniano permanece, de hecho, como una entitad caballeresca, religiosa y militar, en el patrimonio familiar de la Casa en mención, de la cuál es actualmente Jefe Carlos, Duque de Castro”.

El último Gran Maestro de Casa Borbón de las Dos Sicilias es el actual Duque de Castro S.A.R. el Príncipe Carlos, sucesorio al padre desde el 20 marzo del 2008. A éste va atribuido el mérito de el ulterior incremento de las actividades del Orden con el nacimiento de nuevas Delegaciones, el reconocimiento de las actividades de los Caballeros y de las Damas Constantinianias por parte de los gobiernos de numerosas naciones en el mundo y sobre todo el ingreso de la antigua Institución ecuestre en el
Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (ECOSOC del O.N.U) en julio 2011.

[1] – Ivi, p. 34.
[hr]

 
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