La Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge tiene su origen de la “Caballería aurata Constantiniana” (Aurata por el collar de oro fino que llevan los altos dignitarios) que el Emperador Constantino creó en el año 312 d.c. después de la victoria a Majencio en el Puente Milvio que lo convierte en patrón indiscutible del Imperio Romano. Cuenta la leyenda que esta victoria fué obtenida con el favor gracias a la conseción divina debido a que Constantino, antes de la batalla, tuvo una visión de la Cruz en el cielo con la inscripción “In Hoc Signo Vinces” (“Con Este Símbolo venceras”). Es así que él hace grabar el Símbolo cristinano sobre el Lábaro imperial, sobre los estandartes, sobre la propia armadura, en las de sus hijos y sobre las de sus oficiales.
Constantino, para agradecer a Dios por su victoria, creó la primera Orden caballeresca de la historia, confiriendo él mismo los primeros cinquenta caballeros, entre ellos sus hijos, futuros emperadores. Como prueba de esto, existe un medallón de Constante (337-350), hijo de Constantino que lleva el lábaro con el Cristograma “XP”. Posteriormente a este significante evento militar, en el año 313 d.C., viene promulgado el célebre Edicto de Milán con el cuál el Emperador Constatino concede la libertad de culto definitiva a todos los cristianos en todo el territorio del Imperio. Se ha discutido mucho acerca de los origenes del Orden, y la crítica histórica más confiable resulta de acuerdo en el reconocimiento que el Orden se encontraba bajo el gran magisterio del Emperador Romano de Oriente Isacc II Angelo Flavio Commeno, autor del primer Estatuto (a nosotros nos quedo el primero, aunque sea parcialmente) y fué sostenido de la casa de los Comnenos en los siglos sucesivos, no obstante la pérdida del trono en el 1453 a causa de la invasión musulmana[1].
Entre los caballeros más famosos de los cuáles se temga noticia de los siglos medievales, se encuentran figuras de Emperadores y Reyes como Federico Barbaroja, Ricardo Corazón de León, Felipe II de Francia, Casimiro de Polonia, Alfonso II de Aragón, Guillermo II de Sicilia, Sancio VI de Navarra, Alfonso IX de Castilla[2].
El segundo documento evidente que tenemos es del 1522: es el Estatuto de la Orden, redactado por Ángel de Drivasto La familia de los Ángel de Drivasto[3], príncipes de Tessalia, poprietarios del Gran Magisterio del Orden, descendía de los Comneno.
En realidad tenemos pruebas de la existencia del Orden más antigua que éstas. Las primeras Reglas escritas que aparecen, dadas por el gobierno de la Orden, y que la historia documenta, son las mismas dictadas por el Obispo San Basilio Magno [4]. La Regla de San Basilio es aprobada en el 456 por el Papa San León I Magno, con la célebre carta al Emperador Marciano. Esta carta, de la cuál existe una copia resguardada en el Archivo Histórico de Nápoles, que inicia así: «Leone Vescovo a Marciano Imperatore. Non ammiro mai abbastanza la vostra devozione e il vostro amore verso coloro che professano la fede cattolica, o gloriosissimo Imperatore. Perciò è con immensa letizia che ho ricevuto la lettera vostra e del valoroso Principe Alessio Angelo, con la quale chiedete che io apponga l’autorità apostolica alla Regola del Vescovo Basilio di Cesarea di santissima vita, Regola che egli prescrisse ai fratelli soldati costantiniani, i quali portano lo stemma di una croce rossa, come segno di conferma da parte vostra e da parte dello stesso Principe Alessio, suprema guida di questi fratelli»[5].
Se trata del Príncipe Alesio Ángel que sería, según la tradición, el primer Gran Maestro de la familia Comneno nombrado con el edicto del Emperador León I (457-474)[6]. Por lo tanto, la regla del Obispo Basilio puede considerarse el primero Estatuto de la Orden Constantiniana.
Además existe, igualmente en el Archivo Histórico de Nápoles entre los “Documentos Constantinianos” un documento que se considera contemporaneo a la letra del Papa León I, definido “Descursus aurati seu calcaris aurei” del tenor textual siguiente: «Si mostra che la serie di questi Cavalieri trae origine dal Sommo Pontefice San Silvestro e dal Grande Imperatore Costantino, e che perciò il diritto di creare questi Cavalieri spetta al Sommo Pontefice e all’Imperatore, o a coloro cui il Pontefice o l’Imperatore ne concederanno l’autorità. Si dimostra inoltre che da codesti Cavalieri deriva l’Ordine Costantiniano di San Giorgio»[7]. Consideración de la cuál se evidencia que en los origenes los caballeros Constantinianos venían creados independientemente o de los Emperadores o del Pontifice.
En la edad moderna, el 17 de julio de 1550 Papa Julio III reconoció la Orden con la Bula Quod Alias, asegurando el Gran Magisterio para Andrea y Gerolamo Ángeles de Drivasto (descendientes de los Comneno, como se ha dicho) la cuál será acompañada de una ley de la Congregación del Concilio, bajo el pontificado de Gregorio XIII, en el 1576, que aportó a la Orden una gran novedad: la del cáracter religioso que lo colocó definitivamente bajo la Regla de San Basilio. En el 1623 los Ángeles de Drivasto cedieron el Gran Magisterio a Marino Caracciolo, príncipe de Avelino, y el 23 de noviembre Urbano VIII confirmó la dignidad. En el 16 después de la muerte del príncipe de Avelino, Juan Andrea Ángel de Drivasto obtuvo, otra vez, el Gran Magisterio. Con la Breve Cum Sicut del 27 agosto de 1672, el Papa Clemente X eligió a un Procurador General de la Orden en Roma y a un Cardenal Protector, el Cardenal de Massimi; estableció que el Procurador General de la Orden estuviese en las Capillas Pontificias y que lo procediese el Procurador General de los Siervos de María. Inocencio XI con la Breve del 14 de junio de 1687 elegió como Protector de la Orden a el Cardenal Gaspero Cavaliero, el cuál fué sucedido en el curso del 1690 por el Cardenal Juan Francisco Albani (el futuro Papa Clemente XI). A fines del siglo XVII la Casa de los Ángeles de Drivasto – última rama de los Comnenos – iba a extinguirse con Juan Andrea Ángel de Drivasto Flavio Comneno, que no contaba con herederos; el Gran Magisterio fué transferido con un acto rogado con fecha de 27 de julio de 1697 a el entonces Duque de Parma y Plasencia Francisco I Farnese (1697-1727), y en sus descendientes.
[1] – Es cierto que Isaac II pertenecía a la dinastía de los Ángeles, conjunta de la precedente dinastía de los Comnenos. Después de los Ingeles, los linajes de los Lascaridis y de los Paleólogos, conjuntos de los Comnenos, ascendieron al trono de Bizancio.
[2] – F. CUOMO, Gli ordini cavallereschi nel mito e nella storia di ogni tempo e paese, prefacción de Amedeo de Savoia, Newton Compton, Roma 1992, p. 125, n. 1.
[3] – Cfr. F. RODRIGUEZ, La Milizia aureata, en “Rivista Araldica”, 1938, p. 454.
[4] – San BASILIO DI CESAREA (330-379 d.C.) escribió dos Reglas (una de 55 cabildos y otra de 313 cabildos) para los monjes.
[5] – PPapa LEONE I, Lettera all’Imperatore Marciano (cit. en Privilegios Imperiales y Confirmationes Apostólicas, Venezia 1626).
[6] – El edicto está reproducido en Privilegios Imperiales, cit., pp. 8-10.
[7] – Cfr. E. GALLO, Il Gran Magistero del Sacro Militare Ordine Costantiniano di San Giorgio, prefacción por S. Em. el Card. Mario Pompedda, Il Minotauro, Roma 2002, p. 18.
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