Su Alteza Real el Príncipe Carlo de Borbón de la Dos Sicilias, Duque de Castro, Jefe de la Casa Real y Gran Maestro de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, desea expresar sus más sinceras felicitaciones, acompañadas de su profunda alegría filial y renovada esperanza, al Cardenal Robert Francis Prevost por su elección como Sumo Pontífice, con el nombre de Papa León XIV, 267º sucesor de Pedro y Obispo de Roma, Soberano de la Ciudad del Vaticano.
La Orden Constantiniana, fiel a su vocación religiosa y a su misión caritativa y hospitalaria, asegura desde ya al Santo Padre su apoyo constante en la defensa de la dignidad humana, en el servicio a los pobres y en la promoción de la paz.
El Sumo Pontífice, ya Prefecto del Dicasterio para los Obispos, experto en temas sociales y culturales, ha adquirido un profundo conocimiento de la Iglesia en América Latina como Arzobispo-Obispo emérito de Chiclayo en Perú y proviene de la Orden de los Agustinos. En su primer discurso pronunciado desde el balcón de San Pedro en saludo a los fieles, invitó a “una paz desarmada y desarmante”, hablando de “una Iglesia misionera, que construye puentes, que acoge a todos con los brazos abiertos y que busca estar cerca de los más necesitados y de quienes sufren”.
La Orden, que hace referencia a San Agustín, fue fundada oficialmente en el siglo XIII y, tras una larga historia, estuvo en riesgo de ser suprimida en el siglo XIX. Fue entonces cuando el Papa León XIII la salvó, y quizás también este momento histórico esté ligado a la elección del nombre del nuevo Pontífice.
La fundación de las primeras comunidades en Lima, Perú, data de 1551, tierra donde el Papa León XIV ejerció su misión durante mucho tiempo.
La devoción a María, la dedicación a los estudios y su difusión son algunas de las características de los Agustinos. La profundización en la filosofía y la teología constituyen su “herencia” cultural, junto con la actividad misionera y educativa.