El mes de enero ha empezado con una visita privada a Nápoles de S.A.R. la Princesa Beatriz de Borbón-Dos Sicilias, Gran Prefecto de la Orden Constantiniana.
Su Alteza Real estaba de visita en Nápoles con algunas prestigiosas huéspedes interesadas en visitar los Reales Sitios Borbónicos y en la historia de las grandes y valiosas fábricas de la Casa Real, como las antiguas sederías de San Leucio y las porcelanas de Capodimonte.
Por tanto la Delegada se ha puesto en marcha para apoyar a la huésped ilustre organizando algunas visitas, como la del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, donde además se estaba celebrando la exposición sobre Carlos de Borbón y donde desde el 30 de enero hay expuestas algunas piezas prestadas por S.A.R. el Príncipe Carlos de Borbón-Dos Sicilias, Duque de Castro y Jefe de la Casa Real, el Palacio Zevallos con la extraordinaria exposición sobre Salvatore Fergola, pintor de la corte borbónica, acompañados y guiados en la visita por el descendiente del pintor y famoso anticuario, Lucio Schisano, Caballero de Mérito con Placa.
Después de haber visitado el palacio real de Caserta y las sederías de San Leucio, la Princesa y sus huéspedes, tres importantes mecenas y apasionadas de la música y la historia del arte, han participado en una “típica” sobremesa, con una mesa preparada con todos los elementos característicos de la tradición partenopea de la buena suerte, huéspedes del notario Cappelli. Entre los otros invitados además de la Delegada de la Orden, la Marquesa Federica de Gregorio Cattaneo dei Principi di Sant’Elia, estaban presentes dos docentes de la Facultad de Arquitectura de Nápoles, que actualmente trabajan en un proyecto sobre el “Gran Tour”, que han contado y explicado mucho sobre la historia del arte de la ciudad de Nápoles. Al día siguiente los Marqueses Leopoldo y Federica de Gregorio Cattaneo dei Principi di Sant’Elia han celebrado una recepción para la Princesa Beatriz y sus huéspedes en su residencia de Palacio Ischitella, acogiéndolas junto al Consejo de la Delegación de Nápoles y Campania y a algunos huéspedes de las más importantes asociaciones culturales ciudadanas, como los “Amigos de Capodimonte”.